Ana Digón, experta en permacultura, cuenta qué es la agricultura regenerativa y el importante papel que cumple la ganadería y el compostaje como funciones reguladoras vitales actuando como potenciadoras de un suelo fértil:
¿En qué consiste la agricultura regenerativa?
Se trata de comprender muy bien los ciclos naturales y las simbiosis entre los diferentes reinos de vida sobre el cual se basa toda la vida en nuestro planeta. Estos reinos de vida son el suelo vivo y fértil, las plantas, los herbívoros, las aves y por último el depredador. Y toda esa interacción dinámica entre todos esos seres es la que permite que la vida se siga desarrollando y que los sistemas se sigan regenerando siendo cada vez más ricos. Nosotros como seres humanos queremos extraer productos del sistema para poder alimentarnos. Ahora bien, tenemos que conocer esos ciclos y esas simbiosis para poder potenciarlos de manera que nuestra extracción de alimentos no suponga degenerar el sistema sino que propicie su regeneración y la regeneración de la agricultura.
La herramienta principal de la agricultura regenerativa es básicamente el herbívoro, que es el animal o el ganado que podemos mover sobre el espacio para que las plantas tengan unos ciclos dinámicos periódicos y eso alimente al suelo, tanto los exudantes de las plantas, como el estiércol, como la orina, como su pisoteo por encima. Todo este ciclo descarga energía en ese espacio y si luego el ganado se va a otro sitio porque lo hemos trasladado o, por ejemplo, en la sabana se ha desplazado por las migraciones, esa energía tiene que tener tiempo para calar, para que el suelo vivo la absorba, la transforme y, a su vez, regenere las praderas. En definitiva, eso que vemos en los documentales de National Geographic, es lo que tenemos que reproducir en las fincas ganaderas y agricultoras. Tenemos varias maneras de mover el ganado sobre el terreno (con palos eléctricos, con perros y otras metodologías) para poder regenerarlo de forma natural. Pero la clave está precisamente en este ciclo natural y hay diferentes maneras de hacerlo: manejo holístico, el pastoreo racional Voisin (PRV), sistemas polifacéticos… hay muchas maneras de mover el ganado y consecuentemente regenerar el sistema. Y además, tiene varios beneficios que aportan valor añadido:
- Este tipo de sistemas captura el carbono de la atmósfera y lo integra en el suelo. Hay una cifra muy significativa que nos dice que, si todos los terrenos arables en el mundo incrementaran su nivel de carbono orgánico en un 1,6%, en 10 años habríamos captado todo el exceso de CO2 en la atmósfera y lo habríamos fijado en el suelo. Es decir, la fotosíntesis es la tecnología adecuada y el ganado es la que estimula más esta fotosíntesis.
- Otro beneficio para el ser humano es que el ganado alimentado a pasto es de una calidad increíble y un sabor espectacular, además de contar con muchísimos nutrientes de mejor índole. Y con las plantas pasa lo mismo: son plantas más saludables y con menos plagas.
- Por último, con la agricultura regenerativa se potencia el rol del productor y su buena labor hacia el medio ambiente. Nosotros como consumidores tenemos un papel también muy importante para apoyar este tipo de ganadero que está haciendo bien las cosas. Cada vez que alguien va a comprar comida, está votando por un sistema. Cada vez que sacamos la cartera para comprar un producto estamos apoyando a esa forma de producción o a esa forma de distribución, por tanto, como consumidores tenemos un papel muy importante para incrementar nuestra salud y la salud del planeta.
¿Cuál es el papel del compostaje en la agricultura regenerativa?
La agricultura regenerativa va más allá que la agricultura ecológica porque incluye la regeneración de suelos, la captación de agua de forma natural y el fomento de la biodiversidad en los suelos agrícolas. Además, fomenta el compostaje como principal técnica para mejorar la fertilidad de los suelos. El compost es una de las técnicas que se utilizan en la agricultura regenerativa que contribuye más a mejorar los suelos y a capturar CO2 de la atmósfera. Además, no solo es una manera de mejorar los suelos, la fertilidad y las producciones agrícolas sino que también es una de las mejores maneras de luchar contra el cambio climático. El mantra de la agricultura regenerativa es "devolver al suelo lo que nos está entregando y, encima, dejarlo mucho mejor y más vivo de lo que lo recibimos". La materia orgánica que aporta el compost, ya sea de origen animal o vegetal, es clave para recuperar el suelo fértil.
En la agricultura, existe un gran potencial para que el compostaje proporcione resultados beneficiosos tanto para el clima como en muchos otros ámbitos. Muchas prácticas agrícolas son específicas del lugar, pero el compostaje es un elemento fundamental de la agricultura orgánica y regenerativa que puede ser adoptado por cualquier persona que cultive y/o consuma alimentos. Es una práctica que se puede utilizar en cualquier tipo de producción de alimentos, por lo que es uno de los métodos que más se fomenta en la agricultura regenerativa.
El compost está compuesto de materia orgánica, que es el resultado final de los restos de cocina descompuestos, residuos agrícolas, estiércol y desechos de jardín. Cuando se agrega a los campos agrícolas o se mezcla con la tierra del jardín, el abono proporciona una gran variedad de nutrientes proporcionando alimento para los microbios del suelo y crea suelos y cultivos más saludables.
Hay muchas formas de hacer compost: se pueden usar contenedores, pilas, pozos u otras formas de almacenar y mezclar materiales de compostaje. También es posible emplear la ayuda de lombrices rojas de california para crear vermicompost. De hecho, en Lombec nos dedicamos justamente a la producción comercial de lombricompost o humus de lombriz. Por otro lado, también se podría considerar hacer un "té de abono orgánico" (conocido como té de humus) que se pueda usar como una especie de fertilizante líquido que se puede añadir al riego. Las consideraciones principales para el compostaje son mantener equilibrados la temperatura, la humedad y el oxígeno, a fin de garantizar la creación de un entorno óptimo para los hongos beneficiosos, los protozoos, las bacterias y otros miembros del bioma del suelo local. En cualquier caso, es importante equilibrar la proporción de carbono y nitrógeno, es decir, elementos como hojas, paja, palos y papel (carbón) y verduras frescas o sobras de cocina (nitrógeno) para garantizar al máximo este equilibrio.
En definitiva, el compostaje es una de las herramientas más importantes de la agricultura regenerativa y la jardinería, aportando muchos beneficios a los ecosistemas locales y a las personas involucradas desde la producción hasta el consumo.
¿Cómo puede la agricultura regenerativa mitigar el cambio climático?
Puede parecer inverosímil, pero la solución al cambio climático muy probablemente esté bajo nuestros pies. La agricultura regenerativa está creciendo, no solo como una solución climática sino también como una herramienta para la protección de las sequías, una forma de mejorar los ingresos de los agricultores y como garantía de nuestra seguridad alimentaria en el futuro.
¿Y cómo podemos capturar el carbono que sobra en la atmósfera para prevenir un cambio climático catastrófico con el objetivo de fijarlo en forma de materia orgánica en los suelos empobrecidos de carbono? La clave está en promover la “agricultura del carbono” a fin de garantizar la salud de nuestras comunidades para las generaciones venideras.
Muchos están familiarizados con la idea de plantar árboles o preservar los bosques para combatir el cambio climático por su función de “respirar” dióxido de carbono, uno de los principales gases responsables del cambio climático. La agricultura regenerativa funciona con el mismo principio, asegurando que nuestras vastas tierras agrícolas trabajen para inhalar carbono y almacenarlo en los suelos a los que pertenece. Actualmente, la producción de alimentos representa casi una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, debido en parte, a prácticas que inhiben la capacidad de los suelos para almacenar carbono. Las prácticas agrícolas regenerativas pueden revertir estos efectos y convertir las tierras agrícolas en un sumidero de carbono.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de la agricultura regenerativa?
Los practicantes de la agricultura regenerativa dejan que la naturaleza haga el trabajo por ellos. Hay muchas ventajas de incorporar prácticas agrícolas regenerativas, tales como:
- Suelos mucho más saludables. La materia orgánica del suelo es un tejido vegetal y animal en proceso de descomposición. Si bien la mayoría de los suelos tienen solo del 2% al 10% de materia orgánica, ésta desempeña un papel vital en la determinación de la salud del suelo y las plantas. Además, de la agricultura regenerativa obtenemos rendimientos más saludables, ya que se suprimen los tratamientos químicos y aumenta el valor alimenticio de los cultivos, asegurando componentes nutricionales más equilibrados.
- Combate el cambio climático. En su último informe sobre el cambio climático, el IPCC afirma que el 23% de las emisiones globales totales de gases de efecto invernadero (GHG) están directamente relacionadas con la agricultura y otros tipos de uso de la tierra. Por el contrario, la agricultura orgánica es más amigable con el clima porque almacena carbono en suelos saludables y reduce las necesidades de energía al depender más del trabajo físico y animal que de los combustibles fósiles. Elimina el uso de fertilizantes y pesticidas a base de petróleo y apoya los ecosistemas naturales que almacenan carbono, como los bosques y las praderas. Por último, reduce la producción de gases de efecto invernadero debido a la reducción del uso de combustibles fósiles, principal causa del calentamiento global.
- Mejor infiltración y reducción de la erosión. Una mejor infiltración significa menos erosión y también significa menos contaminación del suelo que es arrastrado por el agua. Por tanto, ayuda a prevenir sequías gracias a la acumulación de agua. En algunas áreas, los manantiales de agua que se secaron hace varios años han comenzado a fluir nuevamente debido a los nuevos enfoques de agricultura regenerativa.
- Libre de transgénicos. Este es probablemente uno de los argumentos más sólidos a favor de los productos regenerativos cultivados orgánicamente. La agricultura ecológica no permite el crecimiento ni la producción de organismos modificados genéticamente.
- Sin gastos relacionados con tratamientos químicos. Emplear metodologías agrícolas regenerativas significa que no hay que gastar dinero en fertilizantes artificiales porque el suelo está sano y se repone solo. Además, no hay que invertir en herbicidas ni pesticidas costosos porque las fincas son un ecosistema más robusto que puede tolerar las perturbaciones de especies invasoras o competidoras.
- Apoya a los polinizadores. La agricultura orgánica no utiliza productos químicos agrícolas sintéticos, como neonicotinoides o el glifosato, que son conocidos por ser dañinos para los animales polinizadores (abejas, abejorros, mariposas, aves, murciélagos, escarabajos, etc…).
- Integra el ganado en los sistemas arables. La agricultura regenerativa permite el apilamiento de compost en la finca o en explotaciones ganaderas vecinas. Con el ganado viene el estiércol, que devuelve diferentes niveles de nutrientes y materia orgánica al suelo, lo que reduce la necesidad de fertilizantes no naturales.
- Entorno de trabajo más saludable para los agricultores. Un ambiente libre de pesticidas y fertilizantes artificiales es más saludable ya que no expone a los trabajadores agrícolas a químicos agrícolas sintéticos y tóxicos. Hay que tener en cuenta que la exposición prolongada a plaguicidas se ha relacionado con una mayor prevalencia de enfermedades neurológicas. Cuanto mayor sea la exposición a los productos químicos, más probabilidades de sufrir problemas de salud.
A pesar de las innumerables ventajas de aplicar prácticas propias de la agricultura regenerativa, lamentablemente hay algunos inconvenientes a tener en cuenta que pueden frenar las iniciativas relacionadas con la agricultura ecológica:
- Pocas o ninguna subvención. En general, los gobiernos tardan en ofrecer subsidios agrícolas para fomentar la implementación de prácticas agrícolas regenerativas. Sin este apoyo y estímulo adicional de fuentes oficiales, es difícil cultivar productos especializados en un mercado saturado de productos básicos.
- Requiere conocimientos especializados. Actualmente hay cierta falta de información que permita a los agricultores una transformación real de su forma de cultivar. Además, la calidad del cultivo orgánico depende en gran medida de las habilidades, conocimientos y experiencia de los agricultores que deben controlar muy bien cada etapa crítica de los ciclos de crecimiento en sus cultivos. También es necesario un conocimiento local profundo sobre los sistemas del suelo, la ecología, la meteorología y otros factores que pueden influir en el crecimiento de los cultivos.
- No siempre es viable. No todas las explotaciones o terrenos son adecuados para que se pueda aplicar esta transformación por varios factores: microclima en una zona concreta, tipo de cosecha existentes, fincas monocultivo, etc…
- Proceso de certificación riguroso. Obtener la certificación como productor orgánico, no es trivial. Es necesario gastar más dinero para contratar agentes certificadores, lo que aumenta el costo general de producción. Además, para ser calificado como una empresa de agricultura orgánica, se debe invertir bastante en infraestructura y otros costos iniciales.
- Requiere más trabajo. Hay más carga física, como arrancar las malas hierbas u otras técnicas de cultivo, que en la agricultura convencional se pueden tratar con pesticidas artificiales y máquinas de labranza.
- Mayores costos y márgenes de beneficio reducidos comparado con la agricultura comercial. La alta calidad de los cultivos con procesos regenerativos no garantiza a los productores, un aumento en el precio de venta de sus productos. Esto hace que sea difícil para los agricultores especializados competir con otros productos producidos comercialmente que están disponibles fácilmente a costos más bajos.
¿Puede reducir la agricultura regenerativa el rendimiento de los cultivos?
La adopción de prácticas regenerativas podría causar una disminución significativa del rendimiento en comparación con la agricultura convencional intensiva y, por lo tanto, aumentar la presión para convertir los bosques en producción agrícola, lo que resultaría en más emisiones de carbono. Sin embargo, existen muchas evidencias que demuestran el potencial aumento de los rendimientos agrícolas como resultado del incremento de la materia orgánica en el suelo. Además, una de las características más atractivas del uso de los suelos para la eliminación de dióxido de carbono es que éstos puedan almacenar carbono adicional sin tener que recurrir a los bosques o espacios no agrícolas. Por el contrario, la conversión de los bosques a suelos agrícolas se reconoce como una de las principales limitaciones para luchar contra el cambio climático.